Los síntomas de la ansiedad por separación son muy variados: a lo mejor el perro ladra solo, llora, destroza muebles o ingiere productos no comestibles. Incluso algunos llegan a orinarse. Es importante tener en cuenta que no hay que castigar al animal por estas conductas, ¡eso solo aumenta su angustia! Así que descarta ya mismo el bozal o el collar antiladridos: no harán más que empeorar las cosas.
Afortunadamente, existen otras soluciones, y son todas bastante sencillas. Tu perro ya se acostumbró a estar solo en casa una vez, ¡puede hacerlo de nuevo! Solo tienes que entrenarlo para recordarle que volverás. Por supuesto, ten en cuenta que ningún perro debería estar más de ocho horas solo. Si tus circunstancias te obligan a estar más horas fuera de casa, quizás deberías contratar un paseador.
1. Enséñale de a poco
Pasar de estar todo el día en casa a estar ocho horas en el trabajo puede ser un cambio muy brusco para los animales (y para nosotros también, para qué mentir). Nosotros podemos entender racionalmente lo que ocurre, pero el perro no. Por eso tenemos que ir acostumbrando a nuestra mascota poco a poco.
Esto significa dedicar algún tiempo a su entrenamiento; un fin de semana, por ejemplo. Ocúpate de que tus primeras ausencias no sean muy prolongadas. Sal primero cinco minutos, y vuelve; luego hazlo una vez más. La próxima, que sean diez. El animal tiene que acostumbrarse a la idea de que no te estás yendo para siempre.
No es mala idea, además, complementar esta estrategia con algún refuerzo positivo después de una ausencia especialmente larga.
2. Enriquece su ambiente
Enriquecer el ambiente es una estrategia muy útil. Si tu perro se queda en un lugar estimulante, entonces podrá hacerlo por más tiempo. Hay muchas formas de hacerlo, pero las más comunes son dejar juguetes a la vista (no siempre los mismos), mover un poco los muebles, o esconder algún premio que ellos puedan detectar por su olor.
Alguna gente recomienda llenar el ambiente de fragancias, pero ¡cuidado! La nariz de los perros es mucho más sensible que la nuestra, y olores que para nosotros resultan agradables pueden parecerles agresivos. Otra opción es dejar música relajante a muy bajo volumen; en Spotify encontrarás gente que hace playlists específicas para eso. Incluso verás que hay personas con soluciones muy originales, como ¡dejar la televisión puesta en un canal sobre la naturaleza!
Sea cual sea la solución que elijas, ten en cuenta que lo mejor es ir variando. Cuando se queda solo en casa, el animal tiene que tener la oportunidad de descubrir, investigar y entretenerse por su cuenta. Después de todo, ¡tú también llorarías si te encerraran en un cuarto sin nada para hacer!
3. Organiza una visita
Si de pronto tienes que pasar ocho horas fuera de casa, la transición no será sencilla. Por eso quizás sería recomendable, por lo menos durante la primera semana, reducir un poco el tiempo que tu perro pasa solo. Puedes arreglar con tu vecino para que se pase unos minutos, o con algún amigo que tenga horarios distintos a los tuyos; puedes, también, contratar un servicio de paseo. Cualquiera de estas opciones es válida: lo importante es que alguien se ocupe un poco del animal a la mitad de la jornada.
Y por supuesto, no te olvides: cuando llegues, ¡sácalo a pasear!